Nozomi Kurai
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Nozomi Kurai
NOMBRE:
Nozomi Kurai (Su apellido paterno era Allwright, pero jamás lo utilizo)
APODO:
Karakuri, Killer Doll.
EDAD:
Aproximadamente 81 años.
QUE EDAD APARENTA:
Aparenta tener unos 20 años.
NACIONALIDAD:
Japonesa.
GENERO:
Femenino.
SEXUALIDAD:
Heterosexual.
RAZA:
Apolita/Dark-Huntress.
FILIACIÓN:
Buena.
PROFESIÓN:
Cazar Daimons como es propio.
APARIENCIA:
Su físico es el de una joven con un aire arrogante en todo su ser, su andar usualmente está cargado de elegancia y mantiene su rostro serio la mayoría de las ocasiones, pero una que otra sonrisa traviesa se verá adornando su rostro, o incluso una de fingida inocencia. Su cabello es sumamente largo, llegando hasta debajo de su cintura, lo lleva siempre suelto en todo momento, en cuanto a su color de cabello, es de un rubio dorado, en su rostro lleva una serie de mechones rebeldes que no le incomodan en absoluto, su tono de piel es claro pero sin llegar a ser pálido, tiene unos grandes y afilados ojos de color negro, originalmente de color azul oscuro, la marca de doble arco y flecha se encuentra gravada en su hombro izquierdo. En cuanto a su forma de vestir esta varia bastante según su humor, aun que a la hora de realizar su trabajo siempre viste ropas de color negro, no es tímida en cuanto al estilo de ropa, algunas prendas pueden llegar a ser atrevidas, pero lo ve como algo normal, no es demasiado alta tampoco, mide alrededor de 1.75 m.
Vestimenta como Karakuri (El de negro es su hermano):
- Spoiler:
Apariencia en la actualidad: (Imaginense los ojos negros)
- Spoiler:
PERSONALIDAD:
Se puede le puede apreciar como una persona cambiante, su estado de ánimo o bien sus intenciones parecen siempre ser distintas según va transcurriendo todo, a simple vista se le puede juzgar como una persona arrogante, pero esto es bastante errado, Nozomi detesta esta clase de actitudes más que nada a pesar de que parezca adoptarlas en ocasiones porque trata de mostrarse seria la mayor parte del tiempo. Pero si bien no tiene un gran ego está bastante confiada de sí misma, se enfrentara a cualquiera que la rete, puede incluso actuar infantil y a veces caprichosa, pero esto es solo un rasgo divertido de sí misma, considera que es mejor aprovechar la vida lo mas que se pueda, si bien en su caso no es corta, jamás se sabrá que podría deparar el futuro, es bastante optimista en ese punto por todo lo que ha tenido que pasar, es una lección que tuvo que aprender y que está dispuesta a adoptar como su mayor ideal, puesto que en un principio su expectativa de vida era prácticamente nula. Se considera a sí misma como una persona prejuiciosa, es cautelosa con las personas que conoce pero antes de actuar se toma su tiempo para sacar conclusiones finales. Es algo liberal y orgullosa, no le gusta que la analicen ni le agrada recibir órdenes, otra secuela más de lo experimentado en vida, pero por su sentido de responsabilidad las cumplirá, no sin antes quejarse incesantemente y luego de haber insultado al que se la dio, tampoco deberá extrañar que suelte uno que otro comentario sarcástico por que le agrada mucho frustrar al resto, pero normalmente resulta al contrario debido a que es de corta paciencia, por el más mínimo comentario es ella quien terminara exasperada.
No es una persona malvada a pesar de que la liberación de cólera era lo único que la motivaba, en una batalla difícilmente dará tregua a ninguno que la halla disgustado, especialmente si se trata de aquellos que utilizan a otros como distracción, disfruta bastante de un buen enfrentamiento, hace que las noches se vuelvan divertidas y le dé sentido a su trabajo, porque existen vicios que no pueden ser superados con el paso del tiempo. Por otro lado, no será muy agradable verla enfadada, puede convertirse en un verdadero demonio cuando esto sucede, no medirá sus palabras ni será muy comprensiva con quien la haga en enfadar de verdad, incluso puede volverse algo sádica por las sonrisas que hará cuando esto suceda, otro rasgo a tomar en cuenta es el hecho de ser bastante rencorosa, no perdona ningún tipo de traición y no escuchara ninguna clase de excusa. Con las personas como se dijo antes es bastante burlona, pero también sabe cuándo ser educada, es muy respetuosa con quien sabe que debe serlo, puede demostrar madures, y aun que no muy a menudo se ve, es algo dulce y animosa con las personas con las que se familiariza, no hay cosa que le agrade más que hablar sobre algo de su interés, en cuestiones románticas no absolutamente nada, no es muy experimentada en la materia y no es de buscar humanos con los que relacionarse, aun así, si que puede ser coqueta en ocasiones, pero jamás llegara a mas que eso a menos que en verdad capte su atención.
HISTORIA:
Como algo propio de su raza, nació con un destino predeterminado, morir a la edad de 27 años, o al menos eso era lo que todos esperaban que sucediese, sin embargo, fueron otros los factores que influyeron en lo que sería su vida, el predeterminante fue la segunda guerra mundial, la cual había estallado cuando ella y su hermano gemelo, Aaron, alcanzaron la edad de 8 años. Su padre se trataba de un ser humano común y corriente, pero que formaba parte de la armada alemana, estaba consciente de lo que sucedería con sus hijos, puesto que había presenciado como su esposa murió de forma lenta y dolorosa en cuanto cumplió sus 27 años, esto logro trastornarlo de sobremanera, tenía miedo de lo que sucedería con ellos, por lo tanto trato de no apegarse demasiado por temor a sufrir su inevitable muerte, pareció superarlo, con el paso del tiempo volvió a enamorarse de otra mujer, Hanna era una de los tantos científicos alemanes que se encargaba de realizar experimentos aliados con los japoneses, pero esto no pareció incomodar nunca a su padre, pronto los dejo a Aaron y a Nozomi a su cargo debido a que requerían de sus servicios en la armada, o al menos eso fue lo que Hanna les explico a los dos pequeños. La mujer no resulto ser tan amable como aparento al principio, puesto que era de corta paciencia para tolerar a los dos infantes y más de una vez les dio varias palizas cuando estos la desobedecían o hacían algo que según ella era incorrecto.
Los dos hermanos eran muy unidos el uno con el otro, Nozomi era muy dependiente de Aaron, el cual se encargo de encubrirla con la mujer y recibir en su lugar cada golpe que esta les daba, esto la hacía sentir culpable, por ello finalizada cada golpiza abrazaba a su hermano y le pedía perdón, pero el jamás pareció culparla “Es el deber del hermano mayor, aun cuando solo fuese por unos minutos”, por lo tanto trato en todo lo posible de no ocasionarle más dificultades a Aaron, pero era algo imposible con una mujer tan autoritaria como Hanna. Ella era consciente de lo que eran los niños, y como científica que era no iba a desaprovechar la oportunidad, en aquellos tiempos se comenzaron a realizar las investigaciones en seres humanos, unas buscaban la inmortalidad, otras trataban sobre la cura de enfermedades, las cuales eran inducidas a personas saludables como los famosos dulces que contenían Ántrax, y muchas otras clases de investigaciones o mejor dicho, atrocidades que se cometieron, pero el tipo de investigación que Hanna y su grupo llevaba a cabo era un poco diferente al resto, pero ello no significaba que no fuera igual de atroz.
“El tiempo corre a media noche...”
Durante la media noche, un grupo de hombres irrumpieron en el hogar despertando inmediatamente a los dos hermanos, estos se encontraban armados con pistolas y cuchillos, Hanna no aparecía por ninguna parte cuando la llamaron, aterrados por lo que pudiese suceder si iban con los hombres, trataron de escapar, pero cuando eso no funciono al estar bloqueada cada salida por aquellos mastodontes, hicieron lo que pudieron para resistir, pero solo resulto en desastre, los dos hermanos resultaron seriamente lastimados, Aaron perdió su ojo derecho cuando trato de ayudar a escapar a Nozomi, uno de los hombres solo tuvo que sacar su largo cuchillo y rasgar la cara del niño, este inmediatamente cayo, gritando por el punzante dolor mientras cubría la herida con su mano para detener el sangrado, al ver esto Nozomi corrió y trato de arrebatarle el cuchillo al hombre, y como sucedió con Aaron, repitió la acción anterior, costándole a ella su ojo izquierdo, la niña cayó al suelo junto con su hermano, el hombre que los hirió la recogió solo a ella y la cargo en su hombro, no sin antes golpearla lo más fuerte que pudo en la cabeza para callar los incesantes gritos, de esa forma se la llevo sin que nadie pudiese hacer algo al respecto, Aaron solo grito y trato de seguirlos, pero estos ya se habían marchado.
Fue llevada hasta un recinto con paredes oscuras, la luz apenas era visible, de por sí ya era complicado enfocar la vista con solo un ojo funcionando, estaba aterrada y adolorida, se percato que estaba recostada en una cama, esto la confundió mas al no darse cuenta cuando fue arrojada allí, al palpar su rostro se percato que tenia vendajes cubriendo una punzante herida en su ojo izquierdo, pudo escuchar a alguien con tacones aproximándose, el sonido de una puerta abriéndose y después como esta se cerraba, finalmente el taconeo ceso, al girar su cabeza con cuidado vio a duras penas la imagen borrosa de una mujer que parecía ser joven vestida de blanco, al lograr al menos enfocar un poco la vista en su ojo sano pudo distinguir el rostro de la mujer, esta se arrodillo para poder acercarse más a la cama donde la niña estaba recostada, le mostro una sonrisa de satisfacción que solo consiguió asustarla más en lugar de tranquilizarla, el rostro de la mujer se le hacía conocido, pero no lograba recordar de quien se trataba. -¿Qui-Quien es... Usted?- Logro preguntar, esta la miro perpleja por unos momentos, pero luego soltó una risa algo exagerada, llevándose una mano al rostro sin poder creer lo que preguntaba la niña. –Quien lo diría... Llámame Hanna, espero que seas una niña obediente, serás nuestra preciosa Karakuri- El termino extraño solo logro confundirla más, la mujer saco una jeringa de su bata de laboratorio, y antes de poder preguntar qué haría con esa cosa simplemente se la administro, quería saber lo que planeaban hacer con ella, pero estaba demasiado cansada para realizar preguntas, simplemente cerro sus ojos y se permitió dormir, gran error...
“Que frágil, que frágil, es el ser humano...”
Lo que sucedió posteriormente es algo que apenas puede recordar, los golpes, las inyecciones, las palabras despectivas, todo transcurrió tan rápido que difícilmente puede procesarlo, solo su cuerpo le dice que todo lo ocurrido en verdad paso y no se trataba de una mera jugada de su mente, la cual para ese entonces, ya estaba más que agotada. Las cicatrices en su espalda y el resto de su cuerpo son el recordatorio de su adiestramiento, los experimentos continuaron, la razón de utilizarla a ella era por su condición como Apolita, daba igual, iba a morir a los 27, solo necesitaban probar sus teorías con un sujeto que no dejara evidencia después, era perfecta, así transcurrió el tiempo al igual que los experimentos, necesitaban crear a un sujeto capaz de obedecer cualquier orden sin rechistar, para ello utilizaban también terapias de electroshock, enviando fuertes descargas al cuerpo de Nozomi cuando desobedecía una orden. Pero ella se estaba hartando, es lógico, puedes adaptarte en cierta forma a vivir en un infierno pero llega un momento en el que todo colapsa, la chispa de la cólera se desata, y el estallido se produjo durante una de las terapias.
-Hazlo- Repetía el científico con una asquerosa y repugnante mueca de perversión, Nozomi temblaba al siquiera procesar lo que el hombre le estaba pidiendo que hiciese, soporto golpes sin quejarse, las agujas y los cortes que le producían los azotes, pero eso... No iba a dejar que un hombre la tocara, cuando el hombre se acerco hasta el interruptor que daba descargas eléctricas, sin importarle en lo mas mínimo el brazalete que tenia puesto, el cual era el encargado de enviar la electricidad por su cuerpo, corrió y derribo al hombre, tomando antes un bisturí del escritorio, y mientras el hombre desesperado continuaba mandando descargas a su cuerpo con el propósito de noquearla, a ella no le importo mas el dolor, levanto el bisturí y procedió a apuñalar repetidas veces al hombre, solo cuando estuvo segura que el ya había muerto dejo a un lado el instrumento y se alejo, observo sus manos ensangrentadas, y luego dirigió la mirada al cuerpo inerte y cubierto de esa profunda tonalidad carmesí que seguía brotando y brotando, sin entender porque, una sonrisa de desesperación se iba ensanchando mas y mas en su rostro, soltó una suave carcajada al caer en cuenta sobre lo que había hecho, pero a pesar de ello, no sentía la mas mínima pena hacia el hombre, solo alivio, no creyó jamás que fuese posible sentir esa clase de liberación, pero sabía que duraría poco, y así fue. Pronto Hanna entro a la habitación y los encontró, a Nozomi sentada en una esquina con los brazos alrededor de sus piernas, intentando ocultarse del exterior, queriendo inútilmente pasar desapercibida, y cuando Hanna se aproximo hasta quedar parada frente a ella, levanto el rostro y la miro con esa expresión estoica, ya daba igual... Hanna la abofeteo y la tomo del brazo jalándola hasta la otra habitación que conocía tan bien, la de negro, allí, creyendo que iba a matarla, la mujer mayor solo soltó una carcajada. –Sabía que no me había equivocado contigo, mi linda Karakuri- Dijo simplemente, Nozomi solo se sorprendió, pero lo más impresionante fueron las ordenes que recibió posteriormente, ordenes de asesinar a las personas que se encontraran en la pequeña libreta que Hanna le dejo en su cama.
“Yo no soy más... Que una muñeca asesina rota...”
Recordó entonces lo que sintió cuando acabo con aquel hombre, quizás no fuese tan malo, puede que ese fuera su propósito en la vida, sabia de todas maneras que si desobedecía le esperaba la muerte, por lo tanto no dudo en cometer cada homicidio sin el mas mínimo remordimiento, para ello fue adiestrada, debía matar a los que estaban allí, total... Iba a morir en cuanto cumpliera sus 27 años, aun así, se sentía vacía. No podía recordar casi nada sobre lo que fue antes de que Hanna y el resto la encontraran, y no se molesto jamás en preguntarlo... Claro, es difícil tener confianza en personas que han pasado los últimos 13 años infringiéndote dolor, pero... ¿Qué más da?, de igual forma vislumbrar lo que fue su pasado es algo casi imposible, de vez en cuando meros destellos se le vienen a la mente, recuerda a un niño rubio abrazándola con cariño, y cuando trata de recordar su nombre todo se desvanece de nuevo, ¿Por qué?, pero seguir preguntándose quién era ella se trataba de un pasatiempo inútil, debía concentrarse en cumplir los designios que le daba Hanna, porque de no hacerlo la enviaría de nuevo a la habitación de negro con aquellas personas y sus instrumentos médicos, puede que le haya perdonado la vida al encontrar ese potencial oculto, pero eso no iba a volver a repetirse, era mejor no tentar a la suerte.
Continúo cometiendo cada atroz crimen con la ayuda de su revólver, la cual se había convertido en su arma favorita, fue conocida como Karakuri, también como Killer Doll, porque su forma de vestir se asemejaba a las clásicas muñecas japonesas, siempre los ejecutaba llevando su cabello recogido con un broche de rosa, un kimono rojo rasgado y un abrigo de color blanco, su ojo izquierdo estaba cubierto por la característica venda. Su último delito consistió en matar a un soldado retirado de apellido Allwright, de alguna forma se le hizo familiar, pero no le importo, jalar el gatillo y acabar con él era lo que interesaba, debía saciar ese deseo de teñir sus dedos con aquel rojo carmesí que salía una vez era accionada el arma. Este crimen fue el mayor detonante a que las autoridades fueran tras de ella, entre ellos los encargados de eliminar a las basuras que salían a las calles como resultado de los experimentos que los científicos habían realizado para la segunda guerra mundial, pero dado que esta ya había concluido 6 años atrás, requerían que se fundara un grupo de sujetos, los cuales llevaban en sus uniformes la esvástica zurda, como una oposición a lo que fue el nazismo, eran un grupo de asesinos elite, que limpiaban los restos del mal que le dejo la guerra a la sociedad. En medio de la ciudad, ocurrió a la misma hora que el acontecimiento que dio inicio a todo, la media noche, se dio finalmente el encuentro entre ella y los hombres, uno de ellos, el mas sombrío de todos, era quien iba a estar encargado de su exterminio, se trataba de un hombre joven, puede que de su misma edad, más alto que ella, vestido con aquel uniforme de color negro, su cabello era rubio y un tanto largo el cual le cubría la mitad del rostro como sucedía con Nozomi, podía apreciarse una cicatriz en su rostro, la cual se perdía bajo su cabello y el parche que le cubría el ojo derecho.
“No eres más... Que una basura que ha caído”
El joven soldado la miro fijamente sin ningún signo de expresión, solo se dedico a desenvainar su Katana, ante ese desafío Nozomi saco de su manga el revólver y de esa forma ambos se apuntaron sus respectivas armas. El encuentro se desato, nadie quiso intervenir, se escucharon los disparos del arma y los golpes que la Katana producía al impactar contra el suelo cuando Nozomi lograba por poco evadir el tajo, ella reía incesantemente ante el emocionante combate, mientras que el muchacho parecía cada vez mas frustrado, llego un momento en el que ambos estaban cara a cara, con las armas apuntando el del otro, al verse fijamente un recuerdo fugaz llego a la mente de Nozomi, de nuevo aquel niño que la abrazaba con recelo y protección, “No es el momento para pensar en esto...”, pero al concentrarse de nuevo en su oponente su sonrisa inmediatamente se borro. –Tu...- De alguna forma, el muchacho pareció entender, quedando igual de perplejo que ella, el soltó su Katana y Nozomi su pistola, y no dejaron de verse ni por un instante, el niño que veía en sus recuerdos, aquel muchacho que la trataba como si fuese un tesoro, era aquel hombre que se encontraba frente a ella, esta aturdida, por alguna razón, una gran nostalgia y tristeza se apodero de todo su ser, y finalmente, obtuvo la respuesta que tanto pidió, el nombre del muchacho. –A-Aaron...- Susurro bajando la mirada, estaba demasiado confundida, la cual creció más cuando sintió unos brazos tan familiares rodeándola, era aquel hombre.
Por primera vez, se sintió bien tener ese contacto, el se separo un poco y tomo su rostro entre sus manos, la dura e impasable mirada se convirtió en un mar de lagrimas, la tocaba como si no pudiese creer que ella fuera real, con extrema delicadeza como si en cualquier momento fuera a romperse, pero ella aun no estaba preparada para escucharlo, se soltó de su abrazo y corrió tanto como sus piernas le dieron, sin importarle si la seguía o no, y fue directo a la casa donde se encontraba oculto el laboratorio, dentro, fue Hanna quien la recibió tan cariñosamente como siempre, abofeteándola tan fuerte que fue a dar al suelo, pero antes de recibir otro golpe esta pareció detenerse en seco, y miro al hombre de negro que la había seguido, al observar la escena el hombre furioso se aproximo a Hanna. – Como has podido, ¡Devuélveme a mi hermana!-
¿Hermana?
Nuevos destellos de recuerdos fueron brotando mas y mas, recordando aquella noche en que perdió su ojo izquierdo, recordando a su hermano defenderla, a su hermano cuidándola cuando nadie más lo hizo, y al entender finalmente lo que había hecho, hizo lo que en años había evitado hacer, llorar, se llevo las manos al rostro y empezó a sollozar, acabo con vidas sin el menor remordimiento, soporto todo sola, y ahora un mero recuerdo la hacía parecer una niña, ¿Por qué ahora?, Aaron se arrodillo y trato de ayudar a la muchacha a calmarse, ante esta distracción Hanna no desaprovecho la oportunidad y corrió a tomar el revólver que se encontraba sobre el estante a unos cuantos metros de ellos, Aaron se abrazo con fuerza a ella, cuando Hanna alzo la pistola para dispararle al muchacho, el cual planeaba ser su escudo, ella lo empujo y recibió en su espalda el disparo, sintió el profundo ardor adentrándose en su interior y como la sangre comenzaba a brotar sin cesar de su cuerpo, recordando el gusto que le daba ver esto como Karakuri, sonrió.
-¡NO!- Escucho a Aaron gritar, su cuerpo se sintió pesado, era una sensación extraña, pero él se encargo de sostenerla para que su cabeza no impactara contra el suelo. – No... No me hagas esto de nuevo, Nozo...-Continuo murmurando, ella sonrió, y recordó las veces en las que el pago por sus tonterías. – Te lo debía... “Es el deber de la hermana menor, aun cuando solo fuese por unos minutos”- Repitió la frase que él una vez le dijo cuando pequeños, creyó que todo iba a estar bien, pero Hanna soltó una sonora carcajada, la escena resultaba demasiado empalagosa para su gusto, se escucho otra detonación, esta vez, no se dirigió a ella, sino que fue directo hacia Aaron.
¡NO, NO!
El cayo a su lado, le sonrió pero antes de poder pronunciar palabra, Hanna le disparo en la cabeza, la sangre cubrió por completo el rostro de Nozomi. – Arruinaste a mi Karakuri, te lo mereces...- La muchacha grito lo más fuerte que sus pulmones le permitieron, maldiciendo a Hanna una y otra vez, pero finalmente todo se tiño de negro cuando una tercera detonación se escucho. ¿Ya estaba muerta? ¿Eso era todo?, Por un momento así fue, hasta que frente a ella apareció una mujer vestida de blanco, con cabellera de color rojo, se trataba de una mujer con una apariencia elegante y con un aire de belleza poco común, esto fácilmente la delataba como un ser sobrenatural, claro, si no se toca el tema de que estaba muerta... Al hablar le pareció un poco extraña, ¿La diosa Artemisa?, pero esta pronto menciono algo que capto su atención lejos de toda esa palabrería de servirle luego de vender su alma.
Un acto de venganza...
La cólera que la incentivo tanto tiempo como Killer Doll resurgió, y sin interesarle demasiado las consecuencias, acepto lo que Artemisa le ofrecía, la diosa toco su hombro izquierdo y sintió un fuerte ardor en todo su ser, era algo quemante como jamás había sentido, y finalmente, apareció de nuevo en la casa, al ver el lugar donde está la había tocado, se dio cuenta de que tenía una especie de tatuaje de arco doble y flecha, escucho un ruido en el sótano, y con total tranquilidad camino hacia allá, entro al laboratorio y se encontró con las miradas perplejas y aterradas de las personas, principalmente la de Hanna, sonriendo como solo ella sabía hacer, tomo uno de los bisturís... Fácilmente puede imaginarse lo que sucedió a continuación, solo puede agregarse que lo que más disfruto fue cortar pedazo por pedazo a la persona que se encargo de destruir su vida y la de su hermano. Saciada su venganza, se preguntaba que seguía, y se reprendía de no haber escuchado todo lo que Artemisa le había “intentado” explicar, pronto se dio cuenta de la presencia de un hombre alto vestido de negro, su cabello era largo y de color negro, cubría sus ojos con lentes oscuros pero podía sentir su fuerte mirada analizándola por completo. El hombre se presento como Acheron Parthenopaeus, tras hacer una breve introducción, un poco mas entendible que la dada por Artemisa, procedió a preguntarle acerca de sus cicatrices, diciendo que podía borrarlas si ella quería, Nozomi elevo su mano al lado izquierdo de su rostro, la venda que cubría la atroz cicatriz no estaba e imaginaba lo grotesca que debía verse con aquel ojo blanco leche a la vista de todos, no queriendo recordar todo lo vivido, le pidió a Acheron que la borrara, y antes de percatarse, su vista mejoro considerablemente, podía ver en su ojo izquierdo... Al tocar su rostro se dio cuenta que la piel rugosa ya no estaba, era como si jamás hubiese existido.
Transcurrieron los años, casi todo lo comprendió, su deber era cazar a los daimons, que irónicamente formaban parte de su misma especie, esto no la hacía muy popular con el resto, pero le daba igual, en la actualidad ha sido asignada a Nueva Orleans, un ambiente totalmente nuevo para ella, pero ya se las arreglaría.
HABILIDADES:
-El poder que le otorgo Artemisa es la manipulación de la electricidad, puede generar desde leve estática hasta descargas eléctricas con cierta magnitud, a veces esto se encuentra relacionado con su estado de ánimo, mientras más enfadada mas se le dificultara controlarlo.
-Posee también cierto manejo de otras clases de energía, guardándola en determinados objetos para generar explosiones, pero esto siempre le genera repercusiones a su cuerpo como quemaduras severas, por ello evita en todo lo posible utilizarla.
GUSTOS:
-Leer novelas románticas, aun que prefiere mantenerlo como un secreto.
-Videojuegos, pero tampoco le entusiasma que el resto lo sepa.
-Burlarse es otro enorme gusto que se suele dar, pero solo de cosas simples, jamás hirientes.
-Disfruta del chocolate, es su dulce favorito, nunca rechazara uno.
-Cantar es otro pasatiempo que no deja pasar, aun que suele apenarse cuando es escuchada por otros.
DISGUSTOS:
-Que sus intentos por molestar se inviertan y acabe ella como tal.
-Detesta cualquier clase de injusticia, en su persona o para con el resto.
-Odia a las personas superficiales más que a nada, especialmente a los que tratan con desdén a los demás, vive para burlarse de este tipo de persona.
EXTRAS:
-Karakuri es una especie de marioneta que puede realizar sencillos trucos para los que es programada, y también se refiere a una persona que sigue órdenes ciegamente.
-En su arsenal lo más usual que lleve consigo son una serie de pistolas con sus respectivas reservas de balas ocultos en su vestimenta, aun que tampoco desprecia el uso de cuchillos. Entre estos tiene una en especial, su daga favorita tiene un pequeño detalle que la hace especial, y es que esta se divide en dos que sirve bastante para tomar por sorpresa al enemigo.
Lugar donde Proviene el Personaje:
Vocaloid – Lily.
Ambientación de la Historia y Apariencia Antes de ser Dark-Huntress:
Vocaloid – Kagamine Rin (En la canción Karakuri 卍Burst).
Nozomi- Mensajes : 59
Localización : No es algo que te incumba
Re: Nozomi Kurai
Tu ficha ha sido aceptada. Recuerda siempre tener en cuenta las normas y reglas de los DarkHunters.
Bienvenida a los Cazadores Oscuros
Nunca olvides que caminas sola; eres una sombra no tienes familia, novios, a nadie. Tu único deber es matar daimons.
Bienvenida a los Cazadores Oscuros
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Artemisa- Diosa de la Caza y la Luna
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